viernes, 16 de julio de 2010

La magia de los 43


Nací la tarde del 16 de octubre de 1966, veinticuatro horas antes de un fatal terremoto que cobró la vida de más de 100 peruanos. Muchas veces me pregunto si este acontecimiento marcó mi temperamento. Cuarenta y tres años pasaron y los recuerdos que guardo de niño, y aunque escasos, son significativos.

Provengo de una familia numerosa. Soy el séptimo de doce hermanos, todos vivos. Mi padre es Don José Mejía Arias, mecánico jubilado y viejo sindicalista de la recordada comunidad industrial de la fábrica Donofrio. Mi madre es Luisa Tabarné, quien sólo se dedicó a criarnos.

Mi primer contacto con los estudios se remonta a 1973, cuando ingresé a la Escuela Primaria 3030, posteriormente pasé al nivel secundario en el Colegio Nacional Mixto San Martín de Porres, donde hice amigos que aún frecuento.

El tiempo pasó y la dictadura militar quedó atrás. Ya en democracia ingresé a la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, donde me formé como periodista, una pasión que la vivía años cuando participaba en el círculo de periodismo “Nuevo Amanecer” de mi barrio. Pero mi primer contacto serio con la prensa se remonta a 1997. Ese año, junto a Martha Chauca y Jorge Rochabrunt, sacamos al aire el Programa Alternativa Cultural, una revista que buscaba rescatar los valores de los grupos emergentes de Lima, invisibilizados por la prensa masiva. La propuesta estuvo al aire una semana a través de Radio Star.

Luego pasé por la Revista Globo, el diario Idolo, y hasta trabaje como reportero de RBC Televisión. Pero mi pasión llegó en 1993, cuando ingresé a trabajar a la Coordinadora Nacional de Radio (CNR), donde me especialicé en producción radial y pude realizar labores de capacitador en un gran número de ciudades del país, desde los Andes hasta la Amazonía. Esta experiencia me permitió conocer mi país, y del dolor que vive. Sin duda, convivir con las comunidades nativas y campesinas te cambia la vida.

Otro hermoso recuerdo es mi participación en la Red de Emisoras por la Democracia, la cual ayudó a publicitar la recordada Marcha de los Cuatro Suyos, que contribuyó con la huida y renuncia por fax de ex dictador Alberto Kenya Fujimori Inomoto. Fue una jornada hermosa, no sólo porque hacíamos periodismo, sino porque construimos la historia, en la calles. Cómo olvidar las 4 horas de transmisión ininterrumpida que me tocó realizar el 27 de julio del 2001, junto a Lisseth Horna y Marco Rumichi de radio Cutivalú, desde el estrado principal ubicado en el Paseo de los Héroes Navales. Ver ese mar humano fue algo que quedó fijo en mi retina, y qué decir de la humareda y los gases que tuve que tragar al otro día, en que juramentó el sátrapa. Nada me dolió, ni ser herido por una bomba lacrimógena, disparada por asesinos vestidos de policías que por dos centímetros no acaban con mi vida o mis ojos.

Ya en el hospital conocí al valiente Aldo Gil Crisóstomo, quien perdió un ojo y a quien el Perú le tiene una deuda enorme. Ni el premio “Defensores de la Democracia” entregado a CNR por esta cobertura y apuesta democrática, en Palacio de Gobierno, puede llenarme de alegría más de la que tengo al ver a mis hijos sonreír en libertad.

Otro momento importarte es mi matrimonio, el compartir quince años de mi vida al lado de un gran mujer: Marisol Magallanes, quien me dio dos hijos: Renato Alejando (12) y Álvaro Mauricio (9), por quienes escribo estás líneas.

2 comentarios:

Jorge Rochabrunt Gamarra dijo...

MI querido Jorge, estupenda idea de inaugurar y llevar adelante un blog personal/ profesional, y además, agradezco el que sea mencionado, en lo que da cuenta de nuestra ya larga y querida amistad.
Tan sólo, para rectificar una fecha, no fue en 1997, sino en 1987, aquella temprana y linda experiencia, de tres inexpertos, tratando de hacer radio en la lima violenta y díficil de mediados de los 80s. Un abrazo¡¡¡¡

Jorge Mejía Tabarné dijo...

Toda la razón, fue en 1987. Primer gobierno de Alán García. Ya recuerdo porque no tuviemos publicidad.Ja, ja, ja